Se trata de un examen que se realiza más frecuentemente a pacientes que tienen una patología denominada incontinencia de orina mixta, lo que significa que tienen incontinencia urinaria de esfuerzo y, a la vez, incontinencia urinaria de urgencia.
La incontinencia de orina de esfuerzo, implica que el paciente tiene escapes de orina involuntarios que son asociados a esfuerzos como toser, reír, tomar peso o subir escaleras, entre otros. Mientras que, si se trata de incontinencia urinaria de urgencia, siente un deseo repentino de orinar, que es imposible de posponer. En ocasiones, esta última está relacionada a problemas de vejiga hiperactiva.
Gracias a la urodinamia, los especialistas pueden detectar, en estos casos, cuál de los dos tipos de incontinencia está predominando en el paciente, y de esta forma, ofrecer un mejor tratamiento para favorecer su calidad de vida.
Además, este examen se utiliza en pacientes que tienen otros problemas relacionados a la micción como problemas de vaciamiento, es decir, pacientes a quienes les cuesta o no pueden orinar (retención de orina). También es útil para evaluar los resultados de un tratamiento o una cirugía, en algunas enfermedades neurológicas, etc.
Consiste en poner una sonda a través de la uretra del paciente, que llevará el líquido con el que se llenará su vejiga y medirá la presión de la misma. Además, se introduce otra sonda por el recto para medir la presión abdominal durante todo el proceso.
Una vez que las sondas están puestas, el paciente debe sentarse sobre una estructura denominada uroflujómetro, que es muy similar a un inodoro, el que medirá la posible pérdida de orina.
El uroflujómetro, a su vez, está conectado a una máquina que muestra los resultados del examen y que permite al especialista hacer todos los cálculos que considere pertinentes.